* CONCEDIDA LA CERTIFICACIÓN EN LA APLICACIÓN DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN (TIC) NIVEL 3 CURSO 2014_15.
¡¡¡ MANTENEMOS NUESTRO NIVEL 3 EN TIC, modalidad B, EN EL CURSO 15_16 !!!
CURSO 2015_2016: C.F.G.M.
Al C.F.G.M. de Gestión Administrativa de nuestro centro se le ha concedido el PROYECTO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA "Mentes creativas: Aprendiendo a emprender" y el PROYECTO AULA-EMPRESA "Aprender de las empresas". Todo un reto. ¡Enhorabuena!
En la sección NOTICIAS damos la enhorabuena a los participantes en la XI Convocatoria de los premios a la Mejor Iniciativa Emprendedora convocados por la Antena local de la Cámara de Comercio de Valladolid en Peñafiel.
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Presentamos la nueva reseña y opiniones de N26 en Finance Grow Zone con detalles relevantes de uno de los neobancos más relevantes del mercado.
La seguridad contra incendios en las cocinas de las escuelas en España es un tema serio, y hoy toca hablar de un gran aliado: el extintor de espuma AFFF. Si estás pensando en que esto suena a código secreto de espías, no te preocupes, aquí te explicamos todo. Desde cómo funciona hasta por qué es imprescindible en una cocina escolar.
Las cocinas de las escuelas son un punto crítico en cuanto a seguridad. Grandes cantidades de aceite, fuego abierto y equipos eléctricos crean un entorno perfecto para incendios. Aquí es donde entra en acción el extintor de espuma AFFF (Aqueous Film Forming Foam), un dispositivo diseñado para sofocar fuegos de manera rápida y eficiente.
Pero, ¿por qué debería interesarte esto? Porque un incendio en una cocina puede propagarse en segundos, y las medidas de prevención adecuadas pueden marcar la diferencia entre un susto y una tragedia.
Este tipo de extintor es una combinación entre agua y agentes espumantes que crean una película sobre el fuego, sofocándolo y evitando que se reavive. Aquí van sus principales características:
Eficiencia: Actúa rápidamente en incendios de líquidos inflamables como aceites y grasas.
Película protectora: La espuma evita que el oxígeno vuelva a alimentar el fuego.
Fácil de usar: No necesitas ser un bombero experto para operarlo.
Menos dañino para superficies y equipos: A diferencia de otros agentes extintores, no deja residuos tóxicos.
Si alguna vez has visto cómo el aceite en llamas reacciona al agua (¡con explosiones y fuego por todas partes!), sabrás que el agua no es una buena idea. Los extintores de espuma AFFF son una opción mucho más segura.
Las cocinas en colegios tienen necesidades específicas. No basta con cualquier extintor, se necesita algo que:
Sea seguro para fuegos de clase A y B (materiales sólidos y líquidos inflamables).
No sea tóxico ni deje residuos peligrosos en los alimentos.
Apague rápidamente el fuego sin riesgo de reactivación.
El extintor de espuma AFFF cumple con todos estos requisitos, lo que lo hace ideal para proteger a estudiantes, profesores y personal de cocina. Además, la normativa española recomienda su uso en lugares con riesgo de incendios por aceites y grasas, como las cocinas industriales.
Aunque esperamos que nunca tengas que usarlo, es esencial saber cómo hacerlo correctamente. Sigue estos pasos:
Mantén la calma (lo sabemos, es fácil decirlo...).
Retira el seguro del extintor.
Dirige la boquilla a la base del fuego (no a las llamas directamente).
Pulsa la palanca y rociar en movimientos de barrido.
Asegúrate de que el fuego esté completamente apagado antes de alejarte.
Un detalle importante: no sustituyas el mantenimiento por la buena suerte. Hay que revisar los extintores periódicamente y asegurarse de que estén en buen estado.
Un extintor no sirve de nada si no está en condiciones óptimas. La normativa en España exige:
Revisiones cada 3 meses para comprobar que está operativo.
Mantenimiento anual por parte de un técnico especializado.
Retimbrado cada 5 años, según el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI).
Si ves un extintor empolvado, oxidado o con el manómetro en rojo, avisa al personal encargado. No es un adorno, es una herramienta que podría salvar vidas.
El extintor de espuma AFFF es un aliado imprescindible en las cocinas escolares de España. Su capacidad para extinguir incendios de grasas y aceites de manera segura lo hace una elección inteligente. Pero recuerda: un extintor solo es útil si se usa correctamente y está en buen estado.
Así que la próxima vez que pases por la cocina de tu escuela, ¡echa un vistazo! ¿Hay un extintor de espuma AFFF a mano? Si la respuesta es sí, puedes estar un poco más tranquilo. La seguridad empieza con la prevención.
En las cocinas escolares no solo se cuecen alimentos: también se cuece la responsabilidad de mantener a salvo a decenas o cientos de niños que cada día confían su almuerzo a un equipo de cocina que debe ser tan meticuloso como un farmacéutico y tan diligente como un bombero. No hay margen para el error. En un entorno donde el aceite borbotea, las freidoras zumban y los fogones rugen, la prevención de incendios no es una recomendación amable, sino un imperativo que define el éxito o la tragedia.
Y en este punto, permítanos decirlo con claridad: ningún protocolo es suficiente si no cuenta con un sistema de extinción cocinas fiable, automático y certificado. Porque cuando las llamas empiezan a escalar por una campana industrial, lo único que marca la diferencia entre un susto y una catástrofe es que haya tecnología que actúe con precisión quirúrgica. Este tipo de sistemas detectan y neutralizan el fuego antes de que se propague, incluso si no hay nadie delante de los fogones.
No estamos hablando de instalar un extintor y rezar para que no pase nada. Estamos hablando de soluciones reales, adaptadas a las condiciones específicas de las cocinas escolares. Un sistema extincion automatica campanas industriales no solo está diseñado para actuar con rapidez, sino para instalarse justo donde el fuego comienza: en la campana extractora, donde el calor, el vapor y la grasa se combinan en una mezcla altamente inflamable. Su presencia no es decorativa. Es vital.
Y si todavía hay quien cree que todo esto es exagerado, que recuerde lo ocurrido en aquel comedor escolar que fue noticia hace no tanto. Un simple descuido derivó en un incendio que podría haber sido devastador, si no fuera porque la instalación contaba con un sistema automático de contención. Para los que aún duden de lo esencial de esta tecnología, pueden consultar este caso documentado que demuestra, sin lugar a dudas, por qué la seguridad en cocinas no admite atajos.
No todos los fuegos son iguales. Entender su origen es el primer paso para aplicar la solución adecuada:
El equipamiento no puede improvisarse. Necesita ser evaluado, certificado y adaptado a las exigencias de una cocina de alto tráfico como lo es la de un colegio. Algunos de los elementos fundamentales incluyen:
Invertir en un sistema automático no es solo una decisión inteligente: es una garantía de que su cocina está siempre protegida, incluso en ausencia del personal. Las ventajas clave son:
La legislación vigente no es opcional. Las cocinas escolares deben cumplir con una serie de requisitos que incluyen:
El incumplimiento puede acarrear desde sanciones económicas hasta la clausura del comedor, sin contar con el riesgo que supone para los alumnos y el personal docente.
Un incendio no siempre comienza con llamas: a veces empieza con humo que nadie nota. Un sistema de extracción eficaz no solo mejora el confort, sino que elimina factores de riesgo acumulativo.
Una limpieza periódica de estos sistemas es esencial. La grasa acumulada puede convertirse en el combustible perfecto para un incendio oculto.
La seguridad no se delega: se lidera. Un colegio que se precie debe contemplar la prevención de incendios como una parte integral de su proyecto educativo y de su operativa diaria. Formar al personal, revisar los equipos, invertir en tecnología avanzada y colaborar con proveedores especializados no es un gasto: es una inversión directa en la tranquilidad de las familias.
La cocina escolar debe ser un espacio funcional, sí, pero también un baluarte de seguridad. Prevenir incendios no es simplemente apagar fuegos: es evitar que comiencen. Y en ese arte, solo los mejor preparados sobreviven.